Parcialidad
¿Qué es el sesgo?
El sesgo es una preferencia o prejuicio ilógico o irracional de un individuo, que también puede ser subconsciente. Es una debilidad exclusivamente humana y, dado que los inversores son humanos, también pueden verse afectados por ella. Los psicólogos han identificado más de una docena de tipos de sesgos, y cualquiera de ellos o todos ellos pueden nublar el juicio de un inversor.
Comprender el sesgo
Además de distorsionar la capacidad de tomar una decisión basada en hechos y evidencia, el sesgo también es una tendencia a ignorar la evidencia que no se alinea con esa suposición.
Un sesgo puede ser una mentalidad consciente o inconsciente. Cuando los inversores toman medidas sesgadas, no reconocen evidencia que contradiga sus suposiciones.
Los inversores inteligentes evitan dos tipos principales de sesgo: emocional y cognitivo. Controlarlos puede permitir al inversor llegar a una decisión basada en los datos disponibles.
Confiar en el sesgo en lugar de en datos concretos puede resultar costoso.
Sesgos comunes en la inversión
Los psicólogos han identificado varios tipos de sesgos que son relevantes para los inversores:
El sesgo representativo puede dar lugar a juicios precipitados debido a las similitudes de una situación con un asunto anterior.
La disonancia cognitiva conduce a la evitación de hechos incómodos que contradicen las propias convicciones.
El sesgo del país de origen y el sesgo de familiaridad conducen a evitar cualquier cosa fuera de la zona de confort de uno.
El sesgo de confirmación describe cómo las personas favorecen naturalmente la información que confirma sus creencias previas.
El sesgo de humor, el sesgo de optimismo (o pesimismo) y el sesgo de exceso de confianza agregan una nota de irracionalidad y emoción al proceso de toma de decisiones.
El efecto dotación hace que las personas sobrevaloren las cosas que poseen simplemente porque las poseen.
El sesgo del statu quo es la resistencia al cambio.
El sesgo del punto de referencia y el sesgo de anclaje son tendencias a valorar una cosa en comparación con otra cosa en lugar de hacerlo de forma independiente.
La ley de los números pequeños es la confianza en un tamaño de muestra demasiado pequeño para tomar una decisión.
La contabilidad mental es una actitud irracional hacia el gasto y la valoración del dinero.
El efecto disposición es la tendencia a vender inversiones que están funcionando bien y aferrarse a las perdedoras.
El sesgo de apego es un juicio borroso cuando están en juego los intereses propios o los intereses de una persona afín.
Cambiar la preferencia por el riesgo es el defecto fatal del jugador: un riesgo pequeño, sin importar el resultado, crea una voluntad de asumir riesgos cada vez mayores.
El sesgo de los medios y el sesgo de la información de Internet representan la aceptación acrítica de opiniones y suposiciones ampliamente difundidas.
Ejemplo de sesgo
El sesgo se puede ver en la forma en que las personas invierten. Por ejemplo, el sesgo de dotación puede llevar a los inversores a sobrestimar el valor de una inversión simplemente porque la compraron. Si la inversión está perdiendo dinero, insisten en que tienen razón y que el mercado seguramente corregirá su error. Pueden reforzar esta creencia revisando todas las razones por las que valió lo que pagaron, ignorando las razones por las que cayó su valor. El inversor racional revisaría todos los datos, positivos y negativos, y decidiría si es hora de asumir la pérdida y seguir adelante.
Reflejos
Los inversores son tan vulnerables como cualquiera a tomar decisiones nubladas por prejuicios o sesgos.
El sesgo es una suposición o creencia irracional que afecta la capacidad de tomar una decisión basada en hechos y pruebas.
Los inversores inteligentes evitan dos grandes tipos de sesgo: el sesgo emocional y el sesgo cognitivo.