Fecha de caducidad
¿Qué es una fecha de caducidad?
Una fecha límite es una disposición en un contrato que establece un plazo finito que, si no se cumple, provocará automáticamente consecuencias adversas. La fecha límite es la última fecha posible en la que se debe completar algo y, en la mayoría de las circunstancias, no es posible una extensión.
Los contratos de tiempo crítico generalmente contienen una fecha límite. Por ejemplo, un contrato para la construcción de una instalación industrial o un proyecto de infraestructura estipulará una fecha definida para la puesta en marcha de la primera y la finalización de la segunda. Si no se cumple este plazo, el contratista del proyecto puede ser automáticamente responsable de los daños y perjuicios y sanciones que se establezcan en el contrato del proyecto.
Algunas fechas de caducidad no tienen que ser explícitas.
Cómo funciona una fecha límite
Las fechas de caducidad generalmente se hacen explícitas en los términos de un acuerdo escrito, junto con las consecuencias de no cumplirlas. Las consecuencias pueden significar simplemente que el trato se rescinde, pero es igualmente probable que sea una sanción financiera que reduzca el margen de beneficio de la parte infractora en el proyecto.
Un ejemplo clásico de una fecha límite implícita es si el panadero intenta entregar un pastel de cumpleaños con un día de retraso. En este escenario, la consecuencia también está implícita: el cliente enojado no va a pagar, por lo que el panadero desperdició materiales y tiempo en un pastel que no puede vender.
También vale la pena señalar que una fecha límite es diferente de una fecha punta. Cuando una de las partes en un contrato solicita una fecha límite que se adelanta del plan original, generalmente depende de ellos proporcionar un incentivo para que el trabajo se realice. Esto puede ser un aumento del valor del contrato o un pago separado cubierto en un acuerdo separado que se pagará si el proyecto o hito se entrega antes de la fecha límite.
Beneficios de una fecha de caducidad
Las fechas límite son particularmente útiles para alentar a los contratistas a cumplir con el cronograma establecido en el acuerdo original. El proceso de licitación de grandes contratos tiende a ser manipulado por empresas que sobrestiman su capacidad para cumplir a tiempo y dentro del presupuesto.
Si no hay suficientes desincentivos en el contrato, una empresa puede simplemente llevarlo hasta el final y solicitar prórrogas, dejando a la organización contratante con un proyecto incompleto y más allá del presupuesto original.
Para desalentar esto, puede haber múltiples fechas de caducidad que se utilizan como un tipo de seguimiento de hitos para garantizar la entrega oportuna de un proyecto completo. En lugar de castigar al contratista con sanciones limitadas al final del contrato, estas se distribuyen a lo largo del proyecto para estimular una mayor acción a través de consecuencias financieras inmediatas.