Equivalencia Ricardiana
¿Qué es la equivalencia ricardiana?
La equivalencia ricardiana es una teorÃa económica que dice que financiar el gasto público con impuestos actuales o impuestos futuros (y déficits actuales) tendrá efectos equivalentes en la economÃa en general.
Esto significa que los intentos de estimular una economÃa aumentando el gasto público financiado con deuda no serán efectivos porque los inversores y los consumidores entienden que la deuda finalmente tendrá que pagarse en forma de impuestos futuros. La teorÃa argumenta que las personas ahorrarán en función de su expectativa de que se impondrán mayores impuestos en el futuro para pagar la deuda, y que esto compensará el aumento en la demanda agregada del aumento del gasto público. Esto también implica que la polÃtica fiscal keynesiana generalmente será ineficaz para impulsar la producción y el crecimiento económicos.
Esta teorÃa fue desarrollada por David Ricardo a principios del siglo XIX y luego fue elaborada por el profesor de Harvard Robert Barro. Por esta razón, la equivalencia ricardiana también se conoce como la proposición de equivalencia de Barro-Ricardo.
Comprender la equivalencia ricardiana
Los gobiernos pueden financiar sus gastos ya sea mediante impuestos o tomando prestado (y presumiblemente gravando posteriormente para pagar el servicio de la deuda). En cualquier caso, los recursos reales se retiran de la economÃa privada cuando el gobierno los compra, pero el método de financiación es diferente. Ricardo argumentó que bajo ciertas circunstancias, incluso los efectos financieros de estos pueden considerarse equivalentes, porque los contribuyentes entienden que aunque sus impuestos actuales no aumenten en caso de gasto deficitario, sus impuestos futuros aumentarán para pagar la deuda del gobierno. Como resultado, se verán obligados a reservar algunos ingresos actuales para ahorrar para pagar los impuestos futuros.
Debido a que estos ahorros implican necesariamente el consumo actual sacrificado, en un sentido real trasladan efectivamente la carga fiscal futura al presente. En cualquier caso, el aumento del gasto público corriente y del consumo de recursos reales va acompañado de una correspondiente disminución del gasto privado y del consumo de recursos reales. La financiación del gasto público con impuestos actuales o déficit (e impuestos futuros) es, por lo tanto, equivalente en términos tanto nominales como reales.
El economista Robert Barro modeló y generalizó formalmente la equivalencia ricardiana, basándose en la teorÃa económica moderna de las expectativas racionales y la hipótesis del ingreso de por vida. Se ha interpretado ampliamente que la versión de Barro de la equivalencia ricardiana socava la polÃtica fiscal keynesiana como herramienta para impulsar el desempeño económico. Debido a que los inversionistas y los consumidores ajustan sus comportamientos de gasto y ahorro actuales en función de las expectativas racionales de los impuestos futuros y su ingreso después de impuestos esperado de por vida, el consumo privado reducido y el gasto de inversión compensarán cualquier envÃo del gobierno en exceso de los ingresos fiscales actuales. La idea subyacente es que no importa cómo elija un gobierno aumentar el gasto, ya sea pidiendo más prestado o gravando más, el resultado es el mismo y la demanda agregada permanece sin cambios.
Consideraciones Especiales
Argumentos en contra de la equivalencia ricardiana
Algunos economistas, incluido el propio Ricardo, han argumentado que la teorÃa de Ricardo se basa en suposiciones poco realistas. Por ejemplo, asume que las personas anticiparán con precisión un hipotético aumento de impuestos en el futuro y que los mercados de capital funcionan con la suficiente fluidez como para que los consumidores y contribuyentes puedan cambiar fácilmente entre el consumo presente y el consumo futuro (a través del ahorro y la inversión).
Muchos economistas modernos reconocen que la equivalencia ricardiana depende de suposiciones que pueden no ser siempre realistas.
Evidencia del mundo real de la equivalencia ricardiana
La teorÃa de la equivalencia ricardiana ha sido descartada en gran medida por los economistas keynesianos e ignorada por los responsables de las polÃticas públicas que siguen sus consejos. Sin embargo, hay alguna evidencia de que tiene validez.
En un estudio de los efectos de la crisis financiera de 2008 en las naciones de la Unión Europea, se encontró una fuerte correlación entre la carga de la deuda pública y los activos financieros netos acumulados en 12 de las 15 naciones estudiadas. En este caso, la equivalencia ricardiana se mantiene. Los paÃses con altos niveles de deuda pública tienen niveles comparativamente altos de ahorro de los hogares.
Además, una serie de estudios de patrones de gasto en los EE. UU. han encontrado que los ahorros del sector privado aumentan en alrededor de 30 centavos por cada dólar adicional de endeudamiento del gobierno. Esto sugiere que la teorÃa ricardiana es al menos parcialmente correcta.
Sin embargo, en general, la evidencia empÃrica de la equivalencia ricardiana es algo mixta y probablemente depende de qué tan bien se mantengan los supuestos de que los consumidores e inversores formarán expectativas racionales, basarán sus decisiones en sus ingresos de por vida y no enfrentarán restricciones de liquidez en su comportamiento. el mundo real.
Reflejos
Se ha interpretado ampliamente que esta teorÃa socava la noción keynesiana de que el gasto deficitario puede impulsar el rendimiento económico, incluso a corto plazo.
La equivalencia ricardiana sostiene que el gasto público deficitario es equivalente al gasto con cargo a los impuestos corrientes.
Debido a que los contribuyentes ahorrarán para pagar los impuestos futuros esperados, esto tenderá a compensar los efectos macroeconómicos del aumento del gasto público.